VIAJE EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO
por elcantodelcuco
Me encuentro esta mañana con un estimulante mensaje de Abel Vitón y, al instante, con la noticia de la muerte de José Luis Gutiérrez, “El Guti”, periodista de raza, desgarrador y combativo leonés, de larga melena y barba hirsuta, buen manejador de la pluma, variable como el tiempo en el Calendario Zaragozano, un hombre tiernamente humano, a pesar de su aspecto hosco, con el que compartí muchas historias, algunas broncas -la última, no hace muchos días por teléfono- y no pocas comidas, a las que en tiempos de “Diario16” se unía también Paco Umbral. ¡Aquellas confidencias íntimas de la sobremesa, a veces brutales e impublicables, casi siempre divertidas, en las que las caretas caían y quedaban apartadas sobre el mantel! Eran esos momentos gloriosos, cargados de verdad, que hay en la vida de todo artista o escritor, en los que la realidad se impone a la apariencia. Hoy contemplo a los dos amigos como dos árboles derrumbados, que han caído a mi lado con estrépito en el bosque en el que estoy plantado todavía. En circunstancias como esta, es imposible no oir con inquietud el sonido de las hachas sobre los troncos -tac, tac, tac-, implacablemente, cada vez más cerca, como en la corta de la leña de la dehesa en Sarnago, cuando acudíamos de niños por el camino de la solana.
El mensaje de Abel Vitón, actor y artista de gran sensibilidad, que ama las tierras de Alvargozález y, según me ha confesado, también las Tierras Altas, aunque aún no las haya pisado, es un comentario generoso a mi anterior entrada: “Amigo, hermoso relato, hermosos recuerdos, seguimos viajando contigo en el tiempo”. No se puede decir más en menos palabras. Me quedo con la declaración de amistad y con el final de la frase. Saber que hay gente como él que te acompaña en este viaje en el tiempo hace que el camino, a pesar de su dureza, acabe siendo placentero. Estamos solos, en radical soledad, cuando nacemos y en el momento de morir. Durante el camino se agradece la compañía. Ser en el bosque un árbol solitario es el símbolo del absoluto desamparo y señal de que el bosque ha muerto y de que nuestro final es inminente. Un solo arbol no hace el bosque como tampoco hace verano una golondrina.
Una observación cautelosa a propósito del viaje en el tiempo o regreso al pasado. Pretendo que estas memorias de la infancia sean tanto un viaje en el tiempo como un viaje en el espacio. Eso explica que el relato, cargado de compasión hacia una tierra y unas gentes determinadas, se desarrolle siempre en mi espacio natural de las Tierras Altas de Soria, con la Alcarama y Sarnago como referencia. Por eso subiremos el sábado, día 9 de junio, víspera del Corpus Christi, a la cumbre de la Alcarama. Es uno de los viajes que más ilusión me ha hecho en mi vida, aunque exagere el excelente escritor Manuel Rico titulando su último y reciente trabajo en Letras Viajeras “Sarnago y la Alcarama de Abel Hernández”. Esto sería por mi parte una flagrante apropiación indebida. Quiero decir también que si fuera una simple crónica localista y costumbrista, el relato no estaría tan cargado de compasión hacia una tierra y unas gentes determinadas que forman parte de mi vida, pero que representan el universo entero. Ni tendría mucho valor. Lo que pretendo, iluso de mí, es que, partiendo de lo local, lo que escribo tenga aplicación o proyección universal. Y encontrar, claro, algún amable compañero de viaje. Trato de aplicar la lección que aprendí del escritor portugués Miguel Torga: “Universal es lo local sin paredes”. Así que estas dos coordenadas de espacio y tiempo, como para cualquier ser humano, son los dos ejes de mi vida, de mi memoria y, por tanto, de mi relato.
Y aquí vuelve a surgirme por dentro, lo siento, cortándome el hilo y el aliento, la inesperada desaparición de José Luis Gutiérrez, que tanto entusiasmo demostró cuando salieron mis “Historias de la Alcarama”, en las que vio la huella de Pedro Páramo. Él ha pasado ya, según creo, a otra dimensión espacio-temporal, una nebulosa misteriosa y azul, oculta en lo más profundo del bosque o más allá de las estrellas, donde a estas horas se habrá encontrado seguramente con Umbral.
Sincero, sereno y emotivo homenaje a tu colega Guti, a Vitón y a la Alcarama. Gracias.
Gracias a tí, Sara. Hasta el día 9 de junio en la cumbre de la Alcarama ¿no?
Ahí estaremos.
Desde el diario EL MUNDO despedimos al ‘Rey de los adjetivos’, como le llama Amando de Miguel, con inmensa tristeza.
Uno de los rasgos distintivos de «El Guti» para mí era su defensa combativa -a ves demasiado personalizada- de la libertad de expresión, lo que para un periodista no está mal
Amigo Abel, desde la gran admiración y respeto que te tengo, quiero hacerte una pequeña corrección. Nuestro amigo común, Abel Vitón SI que ha tenido la oportunidad de conocer un poco de las Tierras Altas, en concreto Sarnago. La tarde del 21 de Agosto de 2010 tuvimos la gran suerte de asistir a una espectacular representación de «Las tierras de Alvargonzalez» en la plaza de Sarnago, y como fondo una puesta de sol sobre la Sierra del Alba.
Podeis ver algo del acto en este enlace( http://sarnago.com/Cajon%20de%20sastre/Fiesta%20varias/30%20anos/Abel%20viton/index.htm)
Quiero resaltar que fue una apuesta muy personal suya e hizo esta representación «de balde».
Un abrazo
Llevas toda la razón. Recuerdo que seguí con interés esta representación de Abel Vitón en Sarnago. Después nos comunicamos unas cuantas veces y me invitó a «Agosto» y hablamos a la salida de la función en el teatro. No me explico por qué se me ha ido en esto el santo al cielo. Estoy seguro de que Abel Vitón no sólo estuvo en Sarnago, sino que volverá y hasta puede que suba a la Alcarama. Gracias, Josemari.
Al acercarnos tu universo, Abel, nos has permitido conocer mejor el nuestro, el de cada uno, y el de otros que viven en universos próximos, porque invitas a recordar, a pensar y a contar. Si fueras un árbol no estarías solo, tendrías a tu alrededor un monte lleno de plantones más o menos pequeños, que miran hacia arriba. Un abrazo.
Gracias, Carlos, por tu afecto, por tu cercanía y por tu generosidad.
La verdad es que cuando leía Historias, o Caballo, yo estaba viendo un mundo con total verismo, como si estuviera ahí dentro. Leyendas es un libro que, apoyado en Historias o Caballo, habla de categorías, no de accidentes.
Me llama la atención el proceso de construcción de la tríada. Porque va de lo particular en Historias a lo universal en Leyendas. Su autor (con tu permiso me tomo esta libertad de interpretación) recorre el camino representado por Historias y Caballo, para elaborar Leyendas.
Por eso, una vez leída la última, volvemos la vista sobre las dos novelas precedentes, y nos damos con la realidad que sustenta a Leyendas, una realidad que ya será eterna.
Te agradezco de veras tu comentario. No sería de recibo que yo juzgara tu interpretación crítica y generosa de mis libros. Baste con mi amistad renovada.
Creo que al final todos hablamos de nuestro «pequeño» universo, con palabras con imagenes o con sentimientos y cuanto mas profundas y verdaderas sean mas se sentiran reconocidas.
Historias de la Alcarama en el 2009 me provocó conocer Sarnago y las Tierras Altas, un tiempo y unos personajes que alimentan mi memoria emocional y son un balsamo al dolor que te produce otra memoria historica de una tierra y unas gentes que tambien forman parte de uno.
Fué un placer compartir en la plaza de Sarnago, como en Vinuesa, Calatañazor, Agreda o en San Juan de Duero en Soria «Las tierras de Alvargonzalez».
Compartir con miradas complices un viaje lleno de amor y compromiso.
En eso estamos querido tocayo, recuperando la infancia y construyendo el futuro.
Estos días azules y este sol de la infancia.
Abrazos.
Gracias, Abel, tocayo, amigo y compañero del camino. Habrá que seguir recorriendo las plazas aunque estén cada vez más vacías, habrá que seguir, aunque no falten los pragmáticos, los listos, los tocineros que digan que es predicar en el desierto. No se han enterado de nada. Un abrazo.
La destrucción del mundo rural y su importancia en la deshumanización incipiente de la infancia:
Gracias por esta interesante aportación. Tomamos nota.
Jose Luis a pasado a otra dimensión …pero se queda en su obra y en el corazón de los que tuvimos la dicha de conocerlo.
Así es, Isabel, así es.