EL ANTAÑO RECUPERADO
por elcantodelcuco
A algunos nos toca en suerte recuperar de entre las ruinas los pequeños tesoros de una civilización que se acaba, para evitar que se pierda del todo la memoria de los pueblos. Estoy convencido de que la muerte definitiva de las personas y de los pueblos sucede sólo cuando no queda memoria, cuando se pierden todos los rastros. Las amarillentas fotos familiares, que contemplaron a diario varias generaciones en la sala de la casa, son para el curioso observador de hoy unos rostros desconocidos y extraños, acaso pintorescos; pero tienen la fuerza de lo perdurable. Cada vez quedan menos vecinos en la comarca, alarmantemente deshabitada, que recuerden con precisión las viejas costumbres, las coplas populares, los oficios, los juegos y diversiones…; pero quizá en un rincón de la taberna, cerrada hace años, encontraremos un antiguo cartel de fiestas de antes de la guerra que servirá para iluminarnos algo la memoria. Y habrá que recuperar también ese extraño objeto aquerado de madera de roble descubierto en el somero de la casa abandonada, envuelto en telarañas, y del que sólo los más viejos del lugar conocen aún su nombre y saben para qué servía exactamente… Una fuerza interior, acaso un impulso ético y compasivo o, con toda seguridad, la resistencia instintiva a la muerte de una civilización, nos ha empujado a un puñado de sorianos, de distintos orígenes y condición, a escarbar, en estos últimos tiempos, en las ruinas de la memoria de los pueblos.
Uno de estos sorianos, y no el menos destacado, es Paulino García de Andrés. Nacido en Tarancueña, en la Tierra de Caracena, cerca del vórtice de Tiermes, donde confluye la España antigua y la España romana, no le ha resultado difícil explorar los caminos donde se cruza la Historia. No en vano discurre por allí la ruta del Cid y la de la lana , la calzada romana y las huellas del caballo de Almanzor. Un escenario ideal para un humanista como él, lleno de talento y de curiosidades. Dulzainero, actor, autor de teatro y profesor de Literatura Inglesa en la Universidad Autónoma, ensayista e investigador de tradiciones populares -ahí están su delicioso trabajo “Jotas de ronda”-, coronado de premios, se descuelga ahora con esta interesante y meritoria segunda parte de “El antaño perdido”. En realidad lo que hace Paulino G. de Andrés en este libro, en el que ha agavillado una decena de ensayos, es justamente recuperar ese antaño que parecía perdido. Gracias a su trabajo minucioso y riguroso, perfectamente ilustrado y documentado, el ayer revive y reverdece.
En el libro el lector se topará de entrada con los cuadros de nuestros abuelos -retratos, bodegones, estampas religiosas…- que figuraron durante generaciones en las paredes de la cocina o de la sala de estar. Conocerá la historia verídica de las eras “de pan trillar”. Volverá a la vieja escuela, ahora vacía, aquella que estaba en manos de la Junta Local de Enseñanza. No le faltará material para satisfacer la curiosidad: inventarios de libros, cuadernos, enseres, la escuela nocturna, la visita del inspector y hasta la fiesta del árbol… En el Ayuntamiento se encontrará con interesantes documentos inéditos de la guerra civil. Asistirá a la llegada de la luz eléctrica y a la apertura de la botica. Emprenderá, si se anima, el verdadero camino del Cid hacia el destierro, desde Navapalos a Torreplazo. Y ya, puestos a tomar la manta y la cachava, acompañará a los emigrantes de Tarancueña en los primeros años del siglo XX, recorrerá la antigua calzada romana de Segovia a Sigüenza, y, por supuesto, se adentrará en buena compañía en el camino del destierro del Cid, el de la afrenta de Corpes. De vuelta al pueblo, se encontrará con el sacristán, el representante de aquel antiguo oficio olvidado que incluía el de organista y maestro de niños. Ante la vista del lector volverá a discurrir, como en un espejo situado a lo largo del camino, la vida de una comarca que se había difuminado con el tiempo. Y, en fin, aunque no lo diga aquí y lo deje para mejor ocasión, sé que Paulino maneja en rigurosa primicia un legajo del siglo XVI en el que consta que ya entonces, hace 500 años, en los pueblos de la Tierra de Caracena se compraban dos toros para correrlos y matarlos por San Juan, lo que demuestra que la tradición de los toros, ahora en peligro, viene de muy lejos. Como la amenazada vida de nuestros pueblos.
A ningún lector despierto e ilustrado, sobre todo al que tenga raíces en la España rural, en la España vacía, le dejará indiferente este libro de Paulino García de Andrés, titulado “El antaño perdido (II)”, pero que bien podía llamarse “El antaño encontrado” o “El antaño recuperado”. Con estos pequeños tesoros rescatados de entre las ruinas, uno se siente reconfortado. No todo está perdido. Y siente de pronto que tienen todo el sentido los versos de William Wordsworth: “No hemos de entristecernos, antes bien encontrar/ apoyo en lo que permanece, / en la primordial simpatía / que habiendo sido debe ser para siempre”.
(El libro aparecerá en marzo,y este es el prólogo)
Felicidades a Paulino por este nuevo libro que espero que nos presente en la Casa de Soria para gozar, como en otras ocasiones, de su peculiar socarronería y sentido del humor. Desde aquí le animo a que continúe con sus investigaciones acerca de temas históricos locales que, me consta, que está llevando a cabo. Del prólogo qué puedo decir: ¡Chapeau!
Prometo que ese día estaré allí, en la Casa de Soria
Deseando estoy,despues de leer esta entrada, de que se publique y devorar “El antaño perdido”.
Tambien al leer esto me he acordado de una noticia que he leido hoy en el periodico de Soria,uno de estos llamados “partidos animalistas” a denunciado a varios ayuntamientos de la provincia por celebrar y tratar de dar a conocer la fiesta de la mantaza,otro rito que se ha venido haciendo desde tiempos inmemoriales,por matar al cerdo en publico y no haberlo “aturdido como manda la ley”.
¡Pero hasta donde vamos a llegar!,tambien se quieren cargar la matanza,no se dan cuenta de que ellos vienen de hay y estan aqui porque sus antepasados sobrevivieron gracias a esos cerdos que criaban y despues matataban para procurarse el sustento.
En fin….. que pena de sociedad “moderna”.
Personalmente recuerdo la ilusión infantil -¡e inocente!- del día de la matanza, cuando la vida y la muerte discurrían con naturalidad y regía un orden humano establecido, distinto del orden animal o animalista.
Estupendo libro que prometo leer en cuanto pueda. Un nuevo homenaje a la memoria hecha por García de Andrés. Seguimos en la brecha viendo cómo desaparece lentamente esa España vacía que no tiene visos de recuperarse.
Así es, así es, Javier. Pero no hay que perder del todo la esperanza. Seguiremos luchando.
Enhorabuena a Paulino y al prologista. Abundando en el tema os comunico que el próximo viernes día 10, a las 7 de la tarde, en el Casino de Soria Sergio del Molino hablará de La España vacia. Un saludo.
Gracias, Pepe.
Pues otro título para adquirir y leer con fruición, ultimamente no leo otra temática.
Los últimos y por influencia de este blog, La lluvia amarilla (que me estremeció profundamente), Soria, donde se acaba la vieja Castilla (ambos adquiridos en la librería Las Heras de Soria) y el último ahora en mis manos, Palabras Mayores de Emilio Gancedo.
Otros en cartera el de Sergio del Molino y el último ya encargado de Paco Cerda Los últimos
Un disfrute melancólico y una manera de guardar el patrimonio de nuestra España interior
Cuando el río suena, agua lleva. Algo está pasando en relación con el mundo rural, algo está despertando.
Sin duda, cada vez este problema presenta un mayor eco en los medios de comunicación.
Hace poco me mandaron este documento.
Al margen de ideologías y del consabido ajuste de cuentas con el bipartidismo imperante y de algún brindis al sol, establece alguna medida interesante, empezando por la derogación de la “ley 27 de sostenibilidad y racionalidad del mundo rural” que prácticamente condena a los pequeños pueblos a su desaparición salvo como agrupación de viviendas de fin de semana.
La conclusión, muy acertada a mi entender, del manifiesto en que, desde Madrid (lease la administración en general) nadie moverá ni un dedo por esa zona que no aporta apenas votos ni ningún interés estratégico y donde el poder se reparte entre los dos grandes partidos. Si no son los habitantes de estas zonas los que luchan por su futuro nadie lo hará.
http://podemosceltiberia.blogspot.com.es/2015/07/nuestro-programa-para-el-mundo-rural.html
Por cierto, un proyecto muy interesante
http://www.elconfidencial.com/sociedad/2016-04-10/milagro-abandono-pueblos-furgoneta-reparto_1180833/
[…] el blog digital de Abel Hernandez Dominguez aparece el prólogo al próximo libro de nuestro paisano Paulino, “El Antaño Perdido“. En dicho blog […]